Sabías usted que: Muy agradecidos

En junio de 1849, Hudson Taylor tenía 17 años y conoció personalmente a Cristo luego de leer un tratado—del aburrimiento. Taylor “se convenció de que Jesús había hecho todo lo necesario por él, Hudson. No había nada que él necesitara hacer más que aceptar ‘la obra terminada de Cristo’...”.
En los meses posteriores, Taylor se sintió lleno de “emociones turbulentas y agitación espiritual”. Había gran gozo en su experiencia del amor de Dios, pero también temores de fallar, de abandonar a Dios nuevamente. Hacia el final de ese año, Taylor estaba en medio de una oración de acción de gracias cuando tuvo un encuentro que definió su vida con Dios.

“Bueno, sí recuerdo esa ocasión, cómo en el regocijo de mi corazón vertí mi alma delante de Dios, y una y otra vez confesé mi amante gratitud a Él, que lo había hecho todo por mí—que me había salvado cuando yo había perdido toda esperanza e incluso deseo por la salvación – lo busqué para que diera alguna obra para Él, como expresión del amor y la gratitud; algún servicio para negarme a mí mismo, sin importar cuál fuera, lo difícil que resultara o lo trivial; algo en lo que Él se complaciera... Pues, sí recuerdo,… la profunda solemnidad que sentí en mi alma con la certeza de que mi ofrenda era acepta. La presencia de Dios se hizo inefablemente real y bendita y yo recuerdo bien… estirarme en el suelo y estar tendido delante de Él con inexpresable asombro e indescriptible gozo. Para cuál servicio había sido aceptado, no lo sabía. Pero una profunda consciencia de que no me pertenecía a mí mismo tomó posesión de mí…”


Fuente: Irene Chang et al (eds), Christ Alone. A Pictorial Presentation of Hudson Taylor's Life and Legacy, OMF Hong Kong, 2005.

Share on Facebook
Share on X
Share on LinkedIn